Nunca fue importante decir demasiadas palabras, pero siempre lo hice.
Nunca di la oportunidad de hacer que alguien me conozca, ahora quiero experimentar un nuevo comienzo basándome en ello.
Quiero un lugar donde no tendré miedo de exponer mis temores, mis errores, mis imperfecciones.
Será como contar una historia de vida a gente que no le importa una vida sin mucho que contar en realidad.
Será como decir cuanto me importa, y a la vez contradecirme cuando no hago nada al respecto.



domingo, 22 de julio de 2012

Recuerda y llora.

Ponerse a pensar en cosas que te dan malestar. Ese tipo de cosas son las que a veces deberíamos evitar, sin embargo yo deseo ansiosamente ahondar en ellas, descubrir el por qué de su profundidad. ¿Realmente vale la pena llorar tanto cuando recuerdas esos momentos que aún cuando fueron feos te hicieron aprender? Es más, ¿cual es en verdad el propósito de llorar? Es difícil encontrarle el sentido a desparramar algunas gotas sobre tu cara, llenar de rojo las ventanas de tu alma, sentir desfallecer el espíritu incapaz de soportar tanta presión. Llorar es como entregar tus ganas, darte por vencido, saber que ya no puedes continuar. Saben a lo que me refiero, ese llanto que te provoca una situación desfavorable; ese llanto que es causado por un sentimiento roto cuando el cristal que te protegía del exterior, de la realidad, se quiebra en mil pedazos. El llanto provocado por los momentos que quedan impregnados, y que no puedes dejar de rememorar sin sentir una parte tuya morir. Gracias a ellos caminaste por otras sendas, las cuales te llevaron a mejores y más bellos destinos; los mismos que luego te permitieron sonreír, disfrutar y ser relativamente feliz. Los mismos que luego de tanto sufrir lograron hacer que te esforzaras al máximo y que llegaras a la cima de tu montaña, que encontraras lo que buscabas. Todas las buenas decisiones, todos esos amigos de verdad, todas las cosas que realmente supiste apreciar llegaron gracias a ese mal momento ¿no es así? Piensa -igual que yo-, y aunque no tenga sentido llora por un instante, el instante que dura el recuerdo de la caída, tal vez después de todo sea un recordatorio de que fueron momentos importantes. Pero luego no olvides sonreír, sonríe completamente por lo que llegó después de que conseguiste levantarte.

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